jueves, 29 de septiembre de 2016

EL DONANTE...

Felix es un medico hace tres años esta a cargo del área de captar posibles donadores de órganos en un hospital de la zona oriente de la capital, por su buen caracter sabia como hablar con las personas, esa noche estaba muy cansado, habia salido con sus amigos y no recordaba la hora en que regreso, al sonar el telefono, ya sabia lo que podia ser, asi que se levanto y arreglo rapido para correr al hospital, el tiempo es oro para quienes dependen de él, al llegar la enfermera le pide que vaya donde el medico de guardia, al llegar el medico le entrega un papel, al leerlo quedo sorprendido, ya que era una carta en donde daba instrucciones en caso de sufrir algun accidente, pedia que en caso de tener una enfermedad muy grave, en su caso era muerte cerebral, sus organos sean transplantados antes de cuatro horas despues del accidente, posteriormente pide que los estos sean cremados y a fines de la siguiente semana, sean esparcidas sus cenizas en el lago del pueblo que ella indico, incluida la sangre que utilizen para ser revisada, no esta incluida la donacion de sangre, segun sus ideas, ella consideraba que serian ocho los que recibirian sus donaciones, Felix converso con el jefe del hospital y le explico la situacion, el acordo seguir las instrucciones, ya que segun la carta, ella no tenia familiares, por eso lo hizo, cuando el medico fue a revisar a la paciente, penso que la habia conocido antes, pero no recordaba donde, luego olvido el hecho, solo se concentro en los transplantes, contacto los hospitales y preparo el quirofano, segun su cuenta, eran seis los donadores que recibirian sus organos. Organizo los despachos y luego se concentro en la cremacion, retirando la sangre que fue examinada, todo fue llevado a una funarearia cercana al hospital, todo eso antes de cuatro horas, estaba agotado, recosto en la sala de descanso y se quedo dormido, la mujer le pedia que por favor borrara todo lo relacionado con sus transplantes, al despertar el sintió que debia seguir su peticion, al llegar a recepcion, escucho a dos hombres preguntando por alguien, la enfermera los derivo al medico de guardia, al preguntar a la enfermera, ella respondio que preguntaban por una mujer que fue ingresada durante la madrugada por un accidente, segun la descripcion era la donante, Felix corrio a urgencias y hablo con su colega, pidiendole que no reconociera a la mujer, despues le explicaria, cuando los hombres le preguntaron, ya que la enfermera en urgencias la reconocio, el medico le mostro a otra paciente, entre tanto Felix en su oficina, consiguio alterar los informes, al descansar en esa noche ella le pidio que borrara los anexos a donde fueron enviados los organos donados, sabia que estaba cometiendo un crimen, pero no sabia por que no podia  dejar de hacer lo que le pedia, anoto los nombres de los hospitales y los pacientes operados, aviso que tenia un problema familiar y que tenia que viajar por dos semanas, aunque enojado el jefe del hospital, lo autorizo, el arreglo un bolso y salio a su viaje, sabia que era una locura, pero no podia dejar de hacerlo.

jueves, 21 de febrero de 2013

AMAR CON EL ALMA


     Desde que el hombre la atacó con una cuchilla en el pecho, tenía vagos recuerdos de su traslado a urgencias, su hospitalización y su posterior recuperación, era algo que prefería olvidar por eso le daba  poca importancia, más pensaba en su novio de hacía dos años y medio.  Ana estaba tranquila, aunque hacía varios días que Francisco no la llamaba por teléfono, confiaba en él, sabía que por su trabajo no tendría tiempo, en cuanto dispusiera de tiempo se comunicaría con ella.  Le gustó mucho el automóvil blanco  que él había comprado recientemente, ahora podían salir a cualquier lugar sin preocuparse de la locomoción, antes eso  era un  problema.
     Después del ataque, sólo podía trabajar en unos locales que estaban a dos cuadras de su casa, porque aún sentía miedo de ir sola más lejos, era un pequeño centro comercial, con locales blancos, de diversos productos relacionados con artesanías, por lo que su vida transcurría entre su casa y su trabajo. Al cumplir su horario de trabajo, Francisco la llevaba en su vehículo a casa todos los días.
-¿Podríamos ir al cine hoy?- preguntó Francisco una tarde.
-Aún no estoy segura de querer salir,- Ana aún sentía miedo de encontrar al hombre que la atacó.- Otro día mejor.
     No volvieron a mencionar el tema, pasaron algunos días y la rutina era igual, de la casa al trabajo y de regreso a ella.
     Una tarde  llegó Francisco y antes de que ambos subieran al automóvil, le dijo.
-¿Me amas? – la joven asintió con la cabeza - ¿Confías en mí? – volvió a asentir con la cabeza, cogió su mano – Por favor ven conmigo y no hagas preguntas, sólo acompáñame – ambos subieron al vehículo en el asiento de atrás.
     Apretó mi mano cuando  el automóvil encendió el motor, miró hacia afuera y entonces observó que estaban dentro del sector de los locales, ¿por dónde lo entraron?, mejor aún, ¿por dónde saldrían?, pensaba Ana, en su cabeza escuchó la voz de Francisco repetirle que confiara en él.

     El vehículo avanzaba entre los locales, cada vez más rápido, atravesando la pared hasta llegar a un acantilado, ella nerviosa apretó la mano del joven, ahí vio que alguien conducía el automóvil, cuando llegaron a la orilla del acantilado y creyó que caerían, este se elevó hacia el cielo, la joven vio una luz, lo que la llevó a recordar todo.

     Francisco había muerto en un accidente en el automóvil, ella devastada, caminaba por la calle sin rumbo, cuando apareció un desconocido que parecía estar drogado, la atacó al ver que ella no llevaba dinero ni nada de valor, sus recuerdos del hospital eran de los momentos que estuvo consciente en la sala de urgencia, y cuando empezó a evolucionar bien antes de que sus heridas se infectaran por un virus mientras estuvo hospitalizada por el cual falleció días después.  Fue ahí que comprendió que estaba en el limbo y que no quería ver su realidad, ahora estaba feliz, el amor de ambos los acompañaba incluso en el más allá, con esos pensamientos se dejó llevar por la luz, todo era felicidad y paz…










miércoles, 18 de julio de 2012

R E N A C I D A (hija de Zeus y Selene)


-Ni pienses en sentarte, pestañear ni nada que estropee mi creación- decía el diseñador mientras afinaba los últimos detalles al traje de Renata, la joven mujer estaba emocionada ya que era su primer desfile en donde ella era la modelo principal, se miraba al espejo, pero aún le costaba trabajo reconocer la imagen que aparecía ante ella, tenía tres años viviendo, ya que antes de eso no tenía recuerdos, era una recién nacida, aprender de cero, aunque su apariencia le ayudó a llegar hasta donde estaba, trabajó como camarera en un restaurante siete meses, ahí conoció a Dominic, una modelo de pasarela, quien la ayudó a entrar a un desfile porque una de las modelos  enfermó y necesitaban reemplazo urgente, por su apariencia la aceptaron de inmediato, la ayudó mucho su metro setenta y cinco, su estilizada figura, cabellera larga, negra y ondulada, hacían juego con su rostro de delicados rasgos, hacia recordar las figuras de diosas esculpidas encontradas en Grecia. Desde entonces han pasado casi dos años y medio y por fin estaba llegando a donde siempre le contaban sus compañeras, pronto sería conocida nacionalmente y trabajaría con los mejores diseñadores nacionales.  Le correspondía salir por segunda vez, abrió el desfile, ahora lo cerraría, caminó por la pasarela, como había ensayado, estaba girando para regresar por donde salió, en el fondo del salón una luz reflejó el contorno de un hombre, le resultó vagamente conocido, pero como no recordaba nada, no tenía con qué compararlo; llegó hasta la entrada de la pasarela, a su costado estaba parado el diseñador, quien caminó hasta el frente de la hilera de modelos, saludando a todos, la mirada de Renata miró en dirección del hombre, cuando otro hombre llamó su atención, vestía de traje formal para cóctel, la miraba fijamente, sus rasgos eran asiáticos, aunque no distinguía la nacionalidad, era bastante llamativo por  su porte elegante y aire de autosuficiencia; la joven sintió una corriente eléctrica que la recorrió de la cabeza a los pies, se sentía mareada, pensaba que se desmayaría en cualquier momento, se mantuvo firme hasta que terminó el evento, una vez en el camerino, le quitaron el vestido, ya con  su ropa normal, caminaba por el pasillo cuando se presentó ante ella el mismo hombre que la miraba en el desfile, al  verlo frente a frente, todo comenzó a girar y se oscureció.
Estaba cayendo, no sabía desde donde, sólo sentía el aire mientras bajaba, hasta que quedó sobre un prado verde, apoyó ambas manos en el suelo para elevar parte la parte superior del cuerpo, cerró los ojos y se concentró, vio un perro grande y delgado de color plomo sentado al lado de un niño como de dos años, ella pensó – cuidadlo hasta que nos reunamos otra vez – todo se oscureció.
Al abrir los ojos observó el rostro amado, ahora lo recordaba todo, sus pensamientos volaron a cuando se casó con él, su luna de miel, cuando descubrió que estaba embarazada y se lo contó, cuando nació su hijo y cuando su padre logró descubrir su paradero, al tratar de salvar al pequeño de ser atropellado por un vehículo, si, su padre fue el culpable de la separación de su familia, si quería vivir en paz, tendría que enfrentarlo, acarició su rostro, pero él se alejó con mirada furiosa.
-¿por qué juegas conmigo?, me abandonaste sin ninguna explicación, te he buscado todo este tiempo, recién esta semana el detective te encontró. – Sabía que no podía decirle la verdad, la creería loca, tenía que solucionar las cosas y luego viviría tranquila.
-No puedo decirte nada, sólo sé que te amo, por favor confía en mí, - Renata le suplicaba, trataba de convencerlo sin tener que entrar en detalles, ya que la verdad era algo difícil de creer, pero también lo conocía lo suficiente como para saber no se rendiría, tenía un carácter muy firme, era demasiado terco estaba acostumbrado a ganar siempre, su familia era muy rica y fue criado con esa base, cuando recién se conocieron, era la primera vez que salía de casa, no conocía a nadie, caminaba por la calle mirando a todos, tratando de aprender a comportarse como ellos, pasaba por el frente de un edificio elegante en el centro, se detuvo una limusina, en todo ese tiempo nunca había visto un vehículo tan grande, se acercó mirar por la ventana del pasajero que estaba abierta, estaba sorprendida por lo espaciosa que eran, tenía la mitad del cuerpo dentro del vehículo cuando escuchó un carraspeo detrás suyo, se golpeó la cabeza, al mirar quien era, casi se cae de espalda al ver al hombre con rasgos extraños pero hermosos, un poco más alto que ella, delgado, cabello corto, liso y peinado hacia atrás, rostro fino, ojos orientales con un hermoso brillo, nariz recta, boca pequeña y bien definida, con una sonrisa que ilumina como el sol, muy elegante vestido con un traje gris oscuro, sintió como un golpe en el estómago, por lo que siempre se salía con la suya, aunque cuando la conoció ella le hizo conocer el perder algunas veces, lo que más lo enojaba, miró con detenimiento el rostro fino y claro, su mirada profunda desde esos ojos café, sus labios…, por impulso y de extrañarlo, lo besó, él la abrazó y luego la empujó suavemente para alejarla, lo que significaba que no conseguiría nada, pero él agregó.
-¿Dónde está mi hijo? ¿Qué ha ocurrido con él?
-No puedo decirte nada.
-¿Cómo que no puedes decirme donde esta mi hijo?, ¿Dónde lo tienes?
-Por favor, no preguntes, debo irme – pero él le afirmó del brazo
-No puedes dejarme como si salieras de paseo, no permitiré que te vayas sin tener a mi hijo conmigo- realmente estaba furioso, y ella no tenía tiempo que perder, debía iniciar el viaje lo antes posible, sólo así podría vivir con su familia. Fingiendo ignorarlo caminó sin mirar atrás, aunque no podía dejar de preocuparse por el hombre que seguía  a su lado, tenía que buscar la forma de que no la siguiera.
-Discúlpame, pero tengo otras cosas por hacer, por lo que no me sigas – fingió estar molesta con él.
-¡Oh, no!, no me dejarás aquí, sin tener las respuestas que necesito, por eso te seguiré a donde estés,
-¡Pero tienes que trabajar!- recordaba que era trabajólico, había heredado mucho dinero, pero con su trabajo había conseguido aumentarlo, que él tenía inversiones y empresas en la mayoría de los continentes, a las que no le gustaba dejar sin atención.
-Desde que desapareciste, he contratado un grupo de ejecutivos que manejan mis empresas, por lo que no necesito trabajar, ellos me envían informes y tomo decisiones desde cualquier lugar, así que…-pasó el brazo sobre los hombros de ella como si fueran compañeros, aunque  sonreía, ella lo conocía lo suficiente como para saber que detrás de ella había una amenaza velada, tenía que ser cuidadosa con lo que diga. No tenía alternativa, sabía que lo tendría por sombra a donde fuera, tendría que explicarle la verdad y dejar que él decidiera si le creía o no. Era difícil contarle mi vida, le expliqué lo mejor que pude, al terminar él me miraba como si me hubiera vuelto loca, entonces comprendí que si quería una vida, tenía que dejar de huir, por lo que tomé una determinación, según mis conocimientos, ya sabía donde estaba mi hijo, me establecí contacto con el guardián, le avisé quien iría a buscarlos.
Después de mucho discutir, lo convencí dejarme ir sola a ver a mi padre, ya que él no podría entrar a donde debía ir yo, le entregué  las coordenadas y me preparé para mi travesía, sabía que sería un encuentro duro, por lo que antes de salir se preparó mentalmente, ya estaba decidida a no dejarse amedrentar como antes, se la jugaba todo por el todo, se concentró y se transportó hasta el palacio que  hacia alrededor de tres años no visitaba, mientras caminaba entre los grandes pilares. Al traspasar la puerta sentió la presencia de Zeus, respiré hondo y caminó con paso firme.
-¿Para qué has venido?- me preguntó con su voz estridente.
-Tenemos que hablar – le respondió, temerosa pero con voz firme.
-Ya te di mi decisión, sabes que no la cambiaré.
-No te pido que la cambies, sólo quiero vivir  mi vida en paz con mi familia.
-Ese es el problema, te prohibí hacerlo.
-Considero que no tienes derecho de hacerlo, después de todo, tú eres quien tiene más hijos regados entre los humanos.
-Soy Zeus, yo decido las cosas, ¡¡¡quien te crees para enfrentarme!!!
-Alguien que quiere vivir su vida sin temor a que llegue alguien a lastimar a mi familia.
- Yo decidí que no te casaras con ese mortal, ya te tenía escogido a otro dios.
-Y yo decidí, que sí lo haría.
-Entiende, lo que yo digo se hace, por lo que me obedecerás.
-He dicho que no lo hice y no lo haré, perderás tu tiempo si intentas lo contrario.
Trató de mantener la calma, sabía que si flaqueaba no podría volver a comenzar, porque estaba segura que mi familia sería perseguida hasta que no quedara nadie vivo, al cerrar los ojos logró ver que Lee encontró a nuestro hijo junto con su guardián.
 -Entonces ¿Para que has venido?- agregó la voz – MMMM… ya veo, así que ellos son tu familia, será un trabajo sencillo.
-Déjalos, a ellos no los tocarás – sintió que una energía me brotaba desde el pecho y me inundaba por completo, al parecer él también lo sintió.
-No podrás detenerme, ya mandé a encontrarlos – lo que le indicó que aún no sabían donde estaban, por lo que me daba tiempo para protegerlos.
-No lo permitiré, - comenzó a caminar hacia la salida del gran salón, cuando un rayo cayó delante de ella, significaba que tenía que enfrentarlo, volvió para mirar donde pensó que estaba, se concentró y consiguió visualizar su exacta ubicación, antes que me enviara un segundo ataque, con la energía que sentía emanar de su interior me envolvió de tal forma que formó un escudo de energía que la protegió de él, y como respuesta le envió un poco de esa energía en forma de remolino, haciendo que Zeus se hiciera visible, su antiguo traje túnica blanca con hilos dorados, antes que notara más detalles, le lanzó otro ataque, como antes lo bloqueó, de a poco consiguió acercarse a la salida del salón, una vez afuera puedo trasladarse a cualquier lugar, le faltaban un par de metros cuando algo le cerró el paso, habían cerrado las grandes puertas, no tenía más remedio que enfrentarlo si quería seguir con su vida, sacó fuerzas de su temor, ayudada por el amor a su familia,- ¿qué es lo que quieres realmente?.
-Que me obedezcas sin oponer resistencia, así continuaremos como hasta ahora, -dijo con voz de orden – tienes que continuar bajo mis órdenes como  ha sido por muchos años, desde que Cronos fue derrotado, nadie  ha logrado superarme, y quiero continuar así, eres la única que trata de enfrentarme – mientras me hablaba pude sentir que mi familia corría peligro, le pedí al guardián que los cuidara mientras yo buscaba la forma de salir de esto. Me estaba desesperando, tenía que pensar y actuar antes de eso.
-No quiero pelear contigo, déjame vivir mi vida como lo escogí te lo pido por última vez, - casi le supliqué, pero él no escuchó.
-Debes aprender que nadie me enfrenta,- dicho eso comenzó a atacarla, al mismo tiempo sintió que su familia había sido encontrada y comenzaban a atacarlos, la desesperación se apoderó de ella.
-Que no se acerquen a mi familia, te he pedido que los dejen en paz,- le gritó, sintió que la energía de su interior brotó como una bomba y arrasó todo lo que encontró en su camino, incluido un sorprendido Zeus, cubriendo todo el contorno del planeta, expulsando a los que fueron enviados por su padre para atacar a sus seres queridos, sin permitir que entre alguien más que haya sido enviado por algún dios desde el Olimpo, - ninguno de ustedes podrá volver a atacar a nadie más con sus egoístas intereses, no lo permitiré, desde ahora estarán bajo mi protección -, mientras decía esto se desvaneció para aparecer donde estaba su familia, al llegar comprendió que su hijo heredó mucho más de ella de lo que creía, estaba cubriendo con un escudo invisible a su padre, el guardián y él, la reconoció, corriendo hacia ella y abrazarla escuchó sus primeras palabras.
-Mamá, protegí a mi padre y al guardián,- aunque tenía cuatro años, hablaba como un adulto con los ojos mojados por las lágrimas, lo abrazó, y comprendió que ahora estaría todo bien, cuando Lee la abrazó y besó sus labios, se sintió protegida y que era una mujer muy feliz, ya nada le preocupaba, entre tanto, volvió a recordarles a sus familias de allá arriba que no se acercaran, porque ya no eran bien venidos.
El lugar donde estaba era muy hermoso, por lo que decidió que ahí vivirían, después de todo, su esposo ya no tenía que estar en la oficina para trabajar y ella no necesitaba ir a ningún lugar para hacer el suyo.

miércoles, 8 de febrero de 2012

LA LLAVE DEL REINO PERDIDO

Sonia era una joven que se sentía triste, recién fallecieron sus padres y su tío intentaba quitarle la herencia dejada por ellos, en ese momento se enteró que era adoptada, comenzó a investigar, averiguó que fue llevada desde un pueblo del interior, hacia donde se dirigía el tren en el que viajaba, según el auxiliar, faltaba media hora para llegar, le gustó ver por la ventana la mezcla de paisaje, donde alternaba la playa y el campo, al llegar la joven buscó alojamiento, sólo existía una residencial y no había turistas, por lo que no fue difícil encontrar donde hospedarse, ese día durmió temprano.
Al siguiente día, desayunó y salió a recorrer el pueblo y ver si lograba encontrar algo sobre el hogar desde donde fue derivada al lugar en que sus padres la adoptaron, preguntó a algunas personas, pocos lo recordaban, porque fue cerrado cinco años después del periodo de cuarentena. Según averiguó, había una señora mayor que trabajó ahí escogió jubilarse y no ser ubicada en el hogar de otra ciudad.
Después de conversar con la señora, quien le informó que cuando tenía como cuatro años fue encontrada vagando por las calles, pasaron dos semanas recorrieron todo el pueblo tratando de averiguar si alguien la reconocía, no teniendo respuesta alguna, y como no pudieron dejarla por causa de la cuarentena, que recién llevaba casi un mes, y duró más de tres meses, muriendo varios niños en ese período. El problema con esa noticia, era que ya no tendría más respuestas, porque era muy poca la información conocida.
Estaba con esos pensamientos cuando un hombre de unos treinta años, muy atractivo, se acercó a preguntarle la hora y buscó conversación, la joven estaba feliz de que un hombre así mostrara interés por ella. En la noche, cuando regresó, en el comedor de la residencial conoció a un joven, de unos veinte y tantos, que no tenía buen carácter, pero poseía la mirada que podía ver el alma, al pasar a su lado le golpeó la pierna y no le ofreció disculpas, lo que provocó que no le agradara en lo más mínimo.
Durante la semana siguiente, recorrió el pueblo con Matías, el joven atractivo, aunque no le mencionó a su acompañante que alguien los estaba siguiendo, Sonia no logró ver quién era, lo otro que no le mencionó, eran los sueños que estaba teniendo desde que llegó al pueblo, en donde ella tenía una caja que escondía entre unas rocas. Algo le decía que no debía confiar en él, esa sensación surgió cuando comenzó a hacerle preguntas tratando de saber si ella tenía conocimiento de una caja antigua, la joven sabía a que hacía referencia, pero simulaba no entender a qué se refería, aunque cada día era más persistente con sus preguntas, ya la estaba cansando, se lo dijo, por esa razón el hombre mostró su verdadero carácter, ya nada agradable, le ordenó que le dijera todo lo que sabía sobre la caja con la llave, como la joven no entendía a qué llave se refería, aunque sospechaba que la supuesta llave estaría dentro de la caja con la que soñaba Sonia, la asustó el hecho de que Matías se molestara demasiado, casi violento, ella retrocedió por instinto cuando él levantó la mano para golpearla, pero otra mano lo detuvo, era del hombre desagradable de la residencial, la cogió del brazo y la llevo, sin mencionar palabra, dejándola en su dormitorio e irse.
Al otro día Matías apareció en el comedor, le ofrecía disculpas por su reacción, pero algo dentro de Sonia no le permitía creer en la sinceridad de sus palabras, por lo que le pidió que nunca más la buscara, le aseguró que no se desharía de él tan fácilmente, mientras hablaban, la joven notó la presencia, aunque escondida, del joven que la llevó la tarde anterior, lo sentía alerta, cuando Matías comenzó a violentarse, él apareció a su lado, dejando en claro que ella no estaba sola, ambos se miraron como midiendo fuerzas con la mirada, algo desconcertó a Matías, ya que dudó un poco e hizo un último intento de convencerla, al no cambiar la respuesta decidió irse, prometiendo regresar.
Esa tarde el joven desagradable, cuyo nombre era Lucas, le contó una historia increíble, la joven pensó que estaba loco, ella era la única persona que sabia donde estaba la llave de un reino que desapareció hacia veinte años, definitivamente lo creía loco, aunque la hacia dudar el detalle de la descripción de la caja que ella veía en sus sueños, le pidió al joven que le mostrara alguna prueba de todo lo que decía, él aseguró que no las tenía físicamente, pero que cuando llegara el momento ella sola lo sabría, agregó que tenían que encontrar esa llave antes de la luna llena, ya que solo en ese momento pueden encontrar la puerta.
Según la historia que le contó, hace como veinte años el gobernante de un pequeño reino fue asesinado por su hermano, antes de morir pidió a sus empleados que escondieran la llave del reino, así el hermano no podría asumir el trono, ya que con linaje de sangre y el medallón se podía asumir el trono, razón por lo que, desde entonces, la están buscando y nadie sabe la ubicación de dicha llave que escondió la hija del rey muerto, la pequeña ya debía ser mayor de edad, por lo que puede reclamar el trono, pero el hermano del rey la quiere desaparecer después de tener la llave en sus manos, por lo que enviaron a Lucas para ayudarla y llevarla de regreso a salvo.
Esa noche el sueño fue más nítido, por lo que al despertar recordó el lugar aproximado en donde podía estar la caja, pero cuando iban en camino Lucas notaron a Matías siguiéndolos, por lo que optaron por dejarlo para el siguiente día. Salieron más temprano, cuando llegaron al sitio que podría ser, algunos lugares de la zona eran iguales, pero otros habían cambiado, al parecer hubo un terremoto que desmoronó todo el borde costero, por lo que las rocas que ella recordaba ya no estaban a la vista.
Triste, ambos regresaron a la residencial, pensando en otra forma de encontrar la llave, decidieron ir a la biblioteca y buscar mapas para revisar cuanto de la orilla se desmoronó durante el terremoto.
Cuando tenían todo listo fueron nuevamente a la misma zona, pero aún no conseguían dar con el lugar, revisaban los mapa cuando la joven sintió una brisa que se transformó en viento, como a dos metros comenzó a aparecer un remolino, que luego en la superficie tenía a un hombre vestido con una chaqueta pequeña y un especie de moño de cola, que le dijo:
- Donde el viento y el mar quiebran, encontrarás lo que deseas.
Cuando miró a su alrededor ya no había ni viento ni hombre y Lucas la miraba preocupado, le dijo que había estado como en trance, al explicarle a él lo que imaginó, éste afirmó que se trataba del vigilante de la llave quien le entregó la clave para encontrarla, trataban de pensar que sector es parecido a la descripción que mencionó el cuidador. Después de un par de giros mirando el entorno, notaron un área que sobresalía hacia el mar, caminaron y miraron desde esa orilla y notaron varias rocas grandes, Lucas bajó y pudo mover las rocas medianas, después de despejar un buen espacio, consiguió ver una parte de la caja, por lo que sacó el resto de las piedras y tierra, logró sacarla, era de metal plateada con tallados, mediana a chica, por lo que el joven se la colocó en el bolsillo de la chaqueta, al subir alcanzó ver a Matías que se acercaba corriendo hacia ellos, corrió donde Sonia para pasarle la caja, pero fue arrebatada antes, sin embargo, alcanzó a lanzarse sobre él cayendo los dos al piso, abriendo la caja por el golpe mostrando un gran medallón con cuatro piedras que parecían diamantes con unas puntas que punzaron un dedo de la joven, la gota de sangre recorrió cada una de las piedras cambiando sus colores a una piedra roja, otra verde, azul y amarilla, por toda la preocupación no vieron el atardecer, el reflejo de la luna dio en el medallón, lo que provocó que un reflejo más fuerte apuntara hacia un bosque cercano cubriéndolo como una sábana blanca, que a medida que desciende va dejando una gran muralla de piedra y una amplia puerta de troncos, que fueron abiertas y de ellas salieron un grupo de hombres uniformados que corrieron hacia donde peleaban los hombres, pero sólo encontraron a Matías, de Lucas no había señal alguna; al atravesar la puerta, vieron que detrás de la muralla había un pequeño pueblo que mostraba felicidad al verla pasar con los guardias, al llegar al ala central de lo que parecía ser un castillo, un hombre anciano los esperaba, se presentó como el consejero del antiguo rey, preguntó que hará con el hermano del rey y sus seguidores, por lo que Sonia solicitó que fueran encarcelados para después ser sometidos a juicio.
A media noche fue coronada como la reina del pueblo y así éste no desaparecería de nuevo, aunque estaba triste por la desaparición de Lucas, sabía que tenía una responsabilidad que asumir. El sabio solicitó permiso para presentarle a alguien, la joven vio a un hombre un poco mayor que ella caminar y hacer una reverencia de respeto, aunque no lo conocía, cuando el hombre levantó la vista, aunque no era Lucas, reconoció su mirada, por lo que el sabio explicó, que para no arriesgar su vida, buscaron un cuerpo que pudieran usar por el período necesario, por lo que el joven que ella conoció no existía, ya que su alma lo había abandonado, y Lucas ocupó su espacio momentáneamente, lo que al morir, regresó al cuerpo que correspondía. Aunque Sonia no entendía nada, estaba feliz de que tuviese una segunda oportunidad con él, ya que durante el tiempo que pasaron juntos ella aprendió a amarlo, y al saber que era correspondida, se casaron y mantuvieron a salvo al reino perdido por mucho tiempo, gracias a sus hijos y su descendencia, pero ese es otro cuento.

martes, 19 de agosto de 2008

EL FOTOGRAFO

Laura nació en un pueblo pequeño, a los quince años sus padres murieron en un accidente automovilístico, razón por la que se fue a vivir a casa de abuela, una mujer madura y muy alegre, que junto con sus amigos de la infancia, acompañaron a la joven durante su adolescencia.
Al egresar de la enseñanza media, los amigos comenzaron a emigrar, unos a estudiar en la universidad, otros a buscar mejores trabajos, lo que fue dejando un vacío en la vida de la joven, quien estaba trabajando como vendedora de una pequeña tienda.
Laura trataba de llenar la soledad, visitando los lugares que compartió con sus padres y amigos , leia, reiteradamente, las cada vez mas escasas cartas que le llegaban, lo que la estaba haciendo sentir mas triste cada dia.
Una tarde mientras hacia uno de sus recorridos, observó a un anciano fotografiando a las personas que pasaban a su lado, comenzó a buscarlo cada vez que paseaba por el pueblo, las personas a veces sonreían, otros miraban confundidos, incluso un dia una señora lo abrazó llorando.
Días después, mientras ella lo seguía desde lejos, el anciano caminó hacia ella y la miró a los ojos.
- ¿Por qué estás triste?-,le preguntó a la joven.
- Me siento sola -, respondió sin detenerse a pensar.
- Yo creo que no lo estas - dijo él sonriendo.
- ¿Cómo lo sabes si no me conoces? - agregó ella extrañada.
- ¿Te puedo tomar una fotografía?
- Si Usted quiere - dijo la joven avergonzada.

Después de tomar la fotografía, el anciano le pidió mirarla después de in par de minutos, ya que la cámara era una instantánea, Laura se sorprendió al ver a sus padres y amigos, a mirar a su alrededor no había nadie.

- ¿Cómo lo hizo? - preguntó ella aún sorprendida.
- Sólo son los pensamientos de las personas que te quieren,
 aunque no los veas, su amor está siempre contigo. - Dicho esto, caminó hacia un niño que pedía limosna en la calle, la joven, por la curiosidad, lo siguió, llegó cuando el hombre miraba la fotografía que le tomó al niño. Su sorpresa fue mayor al ver que en la fotografía el niño estaba parado sobre un par de manos gigantes que lo acurrucaban con una luz brillante, ella miró al fotógrafo buscando una respuesta.
- Este pequeño fue abandonado al nacer, por eso, aunque no tiene a nadie a su lado, él siempre cuenta con el amor de Dios, quien cuida y acompaña a sus angelitos inocentes.

Desde ese día Laura ya no se siente sola, ya que sabe, que aunque no estén a su lado, cuenta con el amor de sus padres y amigos, y está segura que Dios la amará y acompañará siempre.